martes, 25 de noviembre de 2008

Exposición (Antonio Antón)

1 comentario:

tregua de agua dijo...

Hacía ya algún tiempo que no se inauguraba una exposición en torno a esas creaciones artísticas que me sirven tanto de sustento económico como de bálsamo emocional. El emplazamiento escogido no ha podido ser más acertado, una iglesia en desuso sirve de perfecto abrigo a un buen número de esculturas en metal de mi exitosa serie ‘peligro en la vida diaria’.
Camino entre las obras y pienso en los títulos que poseen, y en lo dura que ha sido la vida, ya desde la infancia, hasta llegar aquí; y como en aquel truco de magia en el que un cochecito se detenía, misteriosamente, sobre la carta seleccionada, alcanzo la escultura de los lápices revestidos de clavos. Por un algo inextricable, ese coche avanza por el túnel del tiempo hasta revivir el día en que mi padre , yo bien zagal, me regaló una caja de lápices que destacaban por estar profusamente astillados, hecho que complicaba en exceso la naturaleza para la que habían sido concebidos: ¿escribir? Un ¿precioso?, y preciso, envenado presente por parte de un padre, que no era tal, que vino a intentar ocupar el lugar que el verdadero, al que veneraba, dejó víctima de las malas artes de una madre, la mía, que nunca deseó que yo llegara al mundo.