miércoles, 19 de noviembre de 2008

El telespectador (m.g.s.)

2 comentarios:

tregua de agua dijo...

UNA HISTORIA A TRES BANDAS

EL TELEESPECTADOR.


No estuvo mal, la que armaron los de la peña…y se lo dije bien claro, aunque no se lo creían: es la última vez. Los 50 es el mejor momento para dar la vuelta a todo: Hoy, día en que cumplo mis 50 tacos, decido y os aviso que me largo, que estoy hasta el gorro y que se acabó. Que cierro la tienda, que dejo a Loly y que no vuelvo a cazar nunca más. Me voy a dedicar a viajar … y no se lo creían.
En fin, voy a comer algo mientras veo el informativo. Hacía una buena mañana, hoy cuando salí con Fumeque al campo. Iba tan contento que casi me arrepiento de dejarle allí solo, pero es un perro listo y enseguida va a encontrar otro amo. Parece que hoy tarda María, otros días ya ha pasado por aquí a estas horas. O, vete a saber, igual quiere cambiar de vida y tampoco quiere cazar más. A lo mejor se dedica a compañía de señoritas finas…Fue buen perro de caza, Fumeque. Y cómo se ganó el nombre, con la condenada manía de chupar las colillas…qué tonto. Cuando le quité la correa no quería marcharse…Vaya, el informativo se repite calcado todos los días: las mismas patrañas, los mismos políticos, las mismas desgracias. Me iré a la selva. Sí. A África. Y a la tienda que la parta un rayo. Y a la política, también.
Solo cuando dejé la escopeta en el árbol, Fumeque se dio cuenta de que pasaba algo. Me miraba a mí y luego a la escopeta y al fin decidió que se quedaba con la escopeta, que sin ella yo no iría muy lejos. Lo siento un poco por María, pero al fin y al cabo está hecha un águila: vaya vista que tiene para los negocios. Y cuando viene a verme, siempre con prisa, siempre con alguna llamada pendiente. Y se la ve bien, pisando fuerte.
Mira, otro accidente más. Lo de siempre: un loco que va bebido. O el de la moto que va hablando por teléfono y no ve lo que se le viene encima. Yo no me llevo ni el teléfono, hay que ver, que manía. No sé, parece que hay algo en la carretera: escucha.
“ Al parecer, el accidente fue provocado por la irrupción de un perro en la autopista, lo que provocó una fatal maniobra del conductor del automóvil. El estado de los conductores es de “ pronóstico reservado”. Se da la curiosidad de que el animal, que se encontraba perdido y desorientado en medio del tráfico, chupaba con fruición las colillas que encontraba en la carretera. Se busca a su dueño”.

No, si Fumeque se quedó muy lejos de esta carretera…y ahora el teléfono.
Si, soy el padre de María Sanchez….Voy enseguida.

tregua de agua dijo...

Jesús Ferrero
Relato bien resuelto, pero con un leve caos expresivo, sobre todo cuando
el narrador intercala a María entre dos menciones al perro. El lecto
puede perder el hilo de la narración. Dejando a un lado esa levedad se
trata de un excelente ejercicio.